OCS 2025: ¿El contrapeso que desafía a Occidente?

Introducción

En medio de un mundo cada vez más fragmentado, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) acaba de celebrar en Tianjin, China, una de sus cumbres más relevantes de los últimos años. Aunque en Occidente no suele tener la misma visibilidad que la OTAN o incluso el BRICS, lo cierto es que la SCO reúne a casi la mitad de la población mundial, incluye a varias potencias nucleares, y concentra a los mayores consumidores y productores de energía del planeta.

La gran pregunta es: ¿estamos ante un nuevo contrapeso global que desafía directamente a Occidente?

¿Qué es la OCS?

La OCS nació en 2001 como un foro de seguridad y cooperación entre China, Rusia y varios países de Asia Central. Con el tiempo, se amplió a potencias como India y Pakistán, y hoy funciona como una plataforma de diálogo político, económico y de seguridad que busca mayor autonomía frente al orden internacional dominado por Estados Unidos y Europa.

Mientras la OTAN representa la fuerza militar de Occidente, la SCO ha evolucionado hacia un bloque estratégico con ambiciones económicas, especialmente en energía, comercio y tecnología.

La cumbre de 2025 en Tianjin

La reunión de este año marcó un antes y un después por tres razones clave:

  1. Mayor integración energética: se acordó avanzar en mecanismos de pagos bilaterales en monedas locales para reducir la dependencia del dólar en las transacciones energéticas.

  2. Cooperación en seguridad digital: China e India propusieron fortalecer la ciberseguridad regional y la protección de datos frente a amenazas externas.

  3. Puente con el BRICS+: se exploró una coordinación más estrecha con el bloque BRICS, lo que podría dar lugar a una especie de “doble eje”: el BRICS como plataforma económica-financiera y la SCO como brazo estratégico y de seguridad.

Implicancias económicas y geopolíticas

El avance de la SCO tiene tres grandes implicancias para el escenario global:

  • Para el dólar: los acuerdos en monedas locales, sumados a la presión de China y Rusia por diversificar las reservas internacionales, aumentan la tendencia hacia la desdolarización parcial.

  • Para la energía: los mayores productores (Rusia, Irán, Asia Central) y consumidores (China, India) están bajo el mismo paraguas, lo que refuerza la influencia del bloque en los precios y flujos globales.

  • Para Occidente: la coordinación SCO-BRICS plantea un reto directo a la hegemonía de EE. UU. y Europa, tanto en el plano económico como en la capacidad de definir las reglas del juego internacional.

¿Un nuevo orden mundial a dos bloques?

El gran interrogante es si la OCS y el BRICS+ lograrán superar sus diferencias internas —particularmente entre China e India— para consolidar un frente común.

Si lo logran, el mundo podría evolucionar hacia un nuevo orden mundial bipolar:

  • Occidente, articulado en torno a la OTAN, la UE y el G7.

  • Eurasia y el Sur Global, con la OCS y el BRICS+ como pilares de un modelo alternativo.

La historia reciente muestra que estas cumbres suelen marcar tendencias que, aunque lentas, terminan teniendo consecuencias profundas en la política y la economía mundial.

Conclusión

La OCS 2025 no fue solo una reunión diplomática más: fue una declaración de intenciones. China, India y Rusia buscan dejar claro que el futuro no puede seguir siendo definido únicamente por Washington o Bruselas.

El mundo entra en una etapa en la que la cooperación regional, la independencia económica y la disputa por la energía y la tecnología marcarán el pulso de la geopolítica. Y en ese tablero, la OCS parece dispuesta a convertirse en un jugador de peso, quizás el gran contrapeso a Occidente en la próxima década.

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