China, EE.UU. y la IA: La batalla por el poder global
Introducción
Durante décadas, Estados Unidos lideró la revolución tecnológica global. Silicon Valley no solo marcó el paso de la innovación, sino que impuso estándares, modelos de negocio y marcos regulatorios al resto del mundo. Pero eso está cambiando. La irrupción de China y el fortalecimiento del bloque BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) están reconfigurando la geopolítica tecnológica.
La IA como herramienta de poder
La inteligencia artificial no es solo una tecnología más. Es el núcleo de la próxima revolución industrial, el nuevo petróleo del siglo XXI. Quien la controle, dominará sectores estratégicos como la defensa, las finanzas, la salud, la educación y la logística. Y China lo sabe.
Pekín no busca simplemente competir en el desarrollo de la IA. Busca liderarla, moldearla y convertirla en una palanca para construir un nuevo orden mundial más multipolar. Su modelo no pasa por imponer, sino por cooperar. En foros como BRICS, propone compartir tecnología, financiar infraestructura digital y desarrollar IA con identidad local.
BRICS: de bloque económico a actor geopolítico
Lo que comenzó como una alianza de economías emergentes se está convirtiendo en un proyecto político y estratégico. Con la ampliación reciente del BRICS y su mirada puesta en el Sur Global, este bloque busca ofrecer una alternativa al orden liberal occidental liderado por EE.UU. y Europa.
La IA juega un rol central en esta visión. No solo como herramienta de desarrollo económico, sino como un instrumento de autonomía tecnológica y diplomática. En vez de depender de modelos entrenados en Silicon Valley y alojados en servidores estadounidenses, el BRICS propone construir capacidades propias, con estándares propios, para necesidades propias.
China: liderazgo con desconfianza
China tiene talento, inversión, infraestructura y visión de largo plazo. Pero le falta una pieza clave: confianza. En muchas regiones —especialmente aquellas aliadas con Occidente— el modelo político chino genera sospechas. Por eso, su estrategia se basa en coaliciones, como el BRICS, que le permiten avanzar sin despertar tantas alarmas.
Con aliados como India, Brasil o Sudáfrica, China diluye el protagonismo directo y presenta la IA como una oportunidad de cooperación Sur-Sur, en lugar de una imposición unipolar.
El Sur Global: pieza clave del nuevo tablero
Más del 80% de la población mundial vive en lo que hoy llamamos el Sur Global: América Latina, África, Asia y Medio Oriente. Son regiones ricas en recursos, jóvenes en demografía, pero históricamente excluidas del poder real en la toma de decisiones globales. La revolución industrial, la era digital y la economía de plataformas han pasado por alto a muchos de estos países. Hoy, con la inteligencia artificial, el riesgo es que esa brecha se vuelva irreversible. Por eso, tanto China como el BRICS presentan la IA no solo como una herramienta de desarrollo, sino como una oportunidad para reequilibrar el poder. Ayudar al Sur Global a construir capacidades propias es parte central de su narrativa… y de su estrategia
¿Un nuevo orden digital?
La disputa por la inteligencia artificial no es solo económica. Es una lucha por las reglas del juego. ¿Quién define qué es aceptable, qué es ético, qué es legal en el uso de estas tecnologías? ¿Qué lenguas, valores y culturas se incorporan en los modelos? ¿Quién accede a los beneficios y quién queda marginado?
En esta batalla, el BRICS no busca replicar el sistema actual. Quiere cambiarlo. Y China, con su ambición geotecnológica, se posiciona como el arquitecto principal de ese nuevo orden.
Conclusión
Estamos ante una transformación histórica. La IA no solo definirá quién lidera la economía global, sino qué valores se imponen en la era digital. Mientras EE.UU. defiende su dominio a través de la desregulación y el poder corporativo, China impulsa un modelo de expansión estratégica basado en cooperación y alianzas.
La pregunta ya no es solo quién tiene la mejor tecnología, sino quién logra sumar más aliados para construir el futuro.