Trump rompe la tregua: Impone aranceles en Julio 2025
Introducción
Después de una breve tregua comercial iniciada en abril, la Casa Blanca volvió a endurecer su política arancelaria. Donald Trump impuso nuevos aranceles de hasta el 50% a varios países, reactivando con fuerza la tensión en el comercio global. Para muchos, esta decisión sorprendió. Para otros, era solo cuestión de tiempo.
¿Qué motivó este giro? ¿Es solo castigo o parte de un cálculo más amplio? En este artículo, analizamos las razones detrás del movimiento.
1. Una pausa táctica, no un cambio de rumbo
La tregua anunciada en abril —coincidiendo con el llamado “Día de la Liberación Fiscal” de Trump— fue interpretada por algunos como un giro hacia una política más pragmática. Sin embargo, en realidad, respondía a una necesidad táctica interna.
Trump necesitaba consolidar apoyo para aprobar dos piezas clave de su programa económico:
Un nuevo paquete de reducción de impuestos
La aprobación del presupuesto federal 2025–2026
Ambos proyectos enfrentaban resistencia dentro de su propio partido. Y mantener la presión comercial —especialmente sobre sectores industriales y agrícolas clave— amenazaba con desatar tensiones sociales y oposiciones regionales. La tregua dio oxígeno político.
2. Aranceles como dogma económico
Trump no ve los aranceles como un mal necesario. Para él —y varios de sus asesores económicos— los aranceles son una fuente legítima de ingreso nacional, y una herramienta de soberanía. Este enfoque contradice el consenso económico tradicional, que los considera distorsionadores del comercio y dañinos a largo plazo.
El expresidente ha defendido públicamente que “los aranceles enriquecen a Estados Unidos” y que quienes se oponen simplemente “no entienden cómo se gana una negociación”.
3. Estrategia de presión: debilitar antes de negociar
Más allá del dogma, hay una lógica negociadora. El retorno de los aranceles puede interpretarse como parte de una estrategia clásica de presión:
Imponer medidas agresivas al inicio del proceso
Generar una pausa (la tregua)
Volver con fuerza, para sentar las bases de una negociación futura desde una posición dominante
Este patrón se repite con distintos países:
México enfrenta un arancel del 30% en productos industriales.
Europa ve aumentos de hasta un 30% en ciertos bienes tecnológicos.
Indonesia sufre un 19% en materias primas críticas.
Brasil, foco especial, recibió un 50%
Sobre el cobre, fue impuesto un arancel de 50%, medida que puede golpear tanto al sector exportador como a los mercados globales de metales.
Implicancias globales
La reactivación de esta política comercial genera varias tensiones:
Mercados volátiles: las bolsas respondieron con caídas puntuales en sectores sensibles.
Respuesta internacional: la Unión Europea y China analizan represalias coordinadas.
Riesgos para las cadenas de suministro, en particular en minerales críticos y bienes industriales.
Además, se instala una pregunta clave para los inversionistas:
¿Es esta una estrategia de corto plazo electoral o el anticipo de una política comercial estructural para los próximos años?
Conclusión: castigo, cálculo o ambas cosas
Trump no improvisa. Puede actuar con impulso, pero no sin propósito. El regreso de los aranceles parece ser tanto un acto de castigo simbólico, como un movimiento estratégico para ganar margen de maniobra interna y externa.
Para los analistas y empresarios, es fundamental no solo seguir las decisiones de la Casa Blanca, sino entender la lógica política y geoeconómica que las sustenta.