China quiere liderar el futuro… ¿y EE.UU.?
Introducción
El Summer Davos 2025, celebrado en Tianjin, China, pasó casi desapercibido en los titulares occidentales. Pero en sus discursos, paneles y mensajes quedó claro que el centro de gravedad del liderazgo global ya no está exclusivamente en Europa o Estados Unidos. China se presentó como motor económico, potencia tecnológica y actor diplomático dispuesto a encabezar un nuevo orden global.
En este artículo, analizamos las claves del evento y por qué su sede —y su narrativa— importan más que nunca.
Un Davos que mira hacia Oriente
Tradicionalmente, el Foro Económico Mundial se celebra en Davos-Klosters, Suiza. Pero desde hace varios años, el llamado Summer Davos se organiza también en Asia. Y en 2025, el simbolismo de hacerlo en Tianjin, China, fue tan importante como el contenido del evento.
Con el lema “Emprendimiento para una nueva era”, la cumbre puso en el centro temas como inteligencia artificial, reconfiguración del comercio global, transición energética y liderazgo en tiempos de incertidumbre. Pero, sobre todo, puso en evidencia un mensaje tácito: el futuro ya no se decide solo desde Occidente.
La Inteligencia Artificial como punto de inflexión
Uno de los temas más discutidos fue el avance de la inteligencia artificial, especialmente la IA generativa. Se habló no solo de su impacto en los negocios, sino también en el empleo y la gobernanza.
Según el Future of Jobs Report 2025, se crearán 170 millones de nuevos empleos hacia 2030, pero también podrían desaparecer 92 millones. Esto plantea un reto urgente: reentrenar y proteger a los trabajadores más vulnerables.
La ministra de TIC e Innovación de Ruanda, Paula Ingabire, resumió bien el dilema: “La confianza en la IA se construye con transparencia y coherencia.”
China se postula como líder estable en un mundo fragmentado
Mientras la geopolítica global vive momentos de tensión y aumento del proteccionismo, China se presentó en Tianjin como defensora del multilateralismo.
El Primer Ministro Li Qiang advirtió sobre el riesgo de una economía cada vez más fragmentada, con más de 600 acuerdos comerciales regionales en funcionamiento. Su mensaje fue claro: “Necesitamos más puentes, no más muros.”
China no solo busca proteger el libre comercio. También apuesta por convertirse en una gran potencia de consumo, además de su ya conocido rol como potencia manufacturera.
Transición energética: promesas vs. realidad
El cambio climático también estuvo en la agenda, pero con una mirada práctica: cómo operar simultáneamente con combustibles fósiles y energías limpias, sin descuidar la seguridad energética ni la competitividad.
Entre las “Top 10 Emerging Technologies of 2025” se destacaron innovaciones enfocadas en energía sostenible, como:
Baterías estructurales
Energía osmótica
Tecnologías nucleares avanzadas
Fijación de nitrógeno verde
La conclusión fue clara: la tecnología existe, pero falta voluntad política y colaboración global.
Salud, bienestar y liderazgo resiliente
Otro eje del foro fue el estado de la fuerza laboral, con especial atención al bienestar femenino. Se discutió cómo la mala salud de las mujeres tiene un alto costo económico y cómo las soluciones deben surgir de una colaboración entre empresas, gobiernos y organizaciones.
Un CEO resumió el nuevo entorno así: “Hace 10 años, el 5% de mi agenda era para sorpresas. Hoy es el 30%.”
En tiempos de alta incertidumbre, los líderes deben ser más resilientes, ágiles y conscientes del cambio constante.
Conclusión: ¿Quién lidera el futuro?
El Davos de verano de Tianjin no ofreció respuestas simples, pero sí dejó una idea poderosa: el mundo está cambiando de eje, con o sin el consentimiento de las potencias tradicionales.
China se posiciona como un actor central —económica, tecnológica y diplomáticamente— en una nueva etapa de la globalización.
El reto no es solo adaptarse, sino entender que las reglas del juego están siendo reescritas… y no necesariamente desde Occidente.