La nueva batalla de EE.UU. y China: La computación cuántica

Introducción: El día que podría redefinir el poder global

Existe una tecnología silenciosa, aún en etapa experimental, pero capaz de alterar el orden económico, militar y digital del mundo de un día para otro.

Una tecnología que no solo puede quebrar el cifrado que protege bancos, gobiernos, ejércitos e infraestructura crítica, sino que también podría disparar una nueva ola de innovación en salud, energía y finanzas.

Ese punto de inflexión ya tiene nombre: Q-Day.

Q-Day es el día en que una computadora cuántica suficientemente poderosa sea capaz de romper los sistemas de criptografía que sostienen Internet y las comunicaciones globales.

No es ciencia ficción: es una carrera geopolítica entre Estados Unidos y China, y ambos países ya han declarado que el liderazgo cuántico será un asunto de seguridad nacional.

Pero ¿qué significa realmente esta amenaza? ¿Qué tan cerca estamos? ¿Y qué implica todo esto para Latinoamérica?

El corazón del riesgo: una tecnología diseñada para hacer lo imposible

Para entender el impacto del Q-Day, debemos partir por la base.

Los sistemas de seguridad digital actuales —bancarios, militares, comerciales— dependen del cifrado RSA y ECC, que funcionan porque a las computadoras tradicionales les toma siglos resolver los problemas matemáticos que los protegen.

Pero la computación cuántica no piensa en secuencia: piensa en superposición.

Mientras un computador clásico prueba una solución a la vez, un computador cuántico puede explorar simultáneamente miles de millones de posibilidades.

Y ahí aparece la amenaza.

Con el algoritmo cuántico adecuado, como el conocido algoritmo de Shor, una máquina cuántica puede resolver en segundos lo que hoy es imposible incluso para un supercomputador.

En otras palabras:

  • Un banco podría ver expuestos años de datos cifrados.

  • Un gobierno podría perder el control total de sus comunicaciones estratégicas.

  • Un país podría quedar ciego en materia de inteligencia militar.

La tecnología que promete revolucionar la salud, las finanzas y la energía… también puede desatar la mayor vulnerabilidad digital de la historia.

La carrera geopolítica: EE.UU. vs China

El Q-Day no es solo un avance tecnológico: es un desafío geopolítico.

Estados Unidos

  • Alto nivel de inversión pública y privada.

  • Grandes actores como IBM, Google, Amazon, Quantinuum y startups de hardware cuántico.

  • Avances clave en corrección de errores y en algoritmos cuánticos.

En 2025, IBM anunció un hito sin precedentes:

La ejecución acelerada de un algoritmo de corrección de errores cuánticos en hardware comercial convencional, adelantando en casi un año sus planes para sistemas tolerantes a fallos.

China

  • Inversiones estatales masivas.

  • Enfoque centralizado y estratégico en cuántica aplicada a seguridad nacional.

  • Liderazgo en patentes cuánticas en áreas como comunicaciones y criptografía poscuántica.

China ya ha declarado públicamente que busca la supremacía cuántica en comunicaciones y defensa.

Europa

  • Avances relevantes pero fragmentados.

  • Alta inversión en criptografía poscuántica, más que en computación cuántica pura.

La conclusión es clara:

El país que llegue primero al Q-Day tendrá una ventana estratégica única para descifrar comunicaciones y acceder a información crítica del resto del mundo.

El lado económico: miles de millones en juego

Más allá de la amenaza geopolítica, el potencial económico es gigantesco.

El mercado de computación cuántica se valoraba en $1.8 mil millones en 2024, y las proyecciones indican que alcanzará $8.5 mil millones para 2030.

Sin embargo, esto es solo una fracción del impacto real.

Cuando la computación cuántica supere la actual era NISQ (Quantum de Escala Intermedia Ruidosa) y alcance una etapa verdaderamente tolerante a errores, su valor pasará de miles a cientos de miles de millones.

¿Por qué?

Porque permitirá resolver problemas que hoy son literalmente imposibles:

  • Diseño instantáneo de nuevas moléculas.

  • Optimización financiera a escalas nunca vistas.

  • Redes eléctricas inteligentes ajustándose en tiempo real.

  • Logística global hiperoptimizada.

La cuántica no solo acelera procesos: abre puertas enteras que hoy no existen.

¿Y Latinoamérica? Oportunidad, riesgo y urgencia estratégica

La región no está compitiendo por el hardware cuántico, pero sí puede competir en los algoritmos, el software y las aplicaciones.

Latinoamérica tiene mucho que ganar:

1. Minería y Energía

La cuántica puede optimizar:

  • Procesos de extracción

  • Modelos de demanda energética

  • Integración de energías renovables

  • Diseño de nuevos materiales

Chile, Perú, Brasil y México serían los mayores beneficiados.

2. Agricultura y Alimentos

Con simulaciones moleculares cuánticas, es posible:

  • Diseñar fertilizantes más eficientes

  • Minimizar pesticidas

  • Predecir condiciones agrícolas con precisión milimétrica

  • Mejorar el rendimiento y reducir el costo

Un avance directo para Brasil, Argentina y México.

3. Finanzas y Bancos

Los bancos pueden:

  • Modelar riesgo en escenarios complejos

  • Detectar patrones de fraude antes invisibles

  • Optimizar portafolios en fracciones de segundo

Países con mercados financieros desarrollados —Chile, Colombia, México, Brasil— pueden beneficiarse enormemente.

4. Educación y Talento

Aquí está la clave.

El hardware cuántico será controlado por EE.UU. y China, pero el talento puede venir de cualquier país.

Latinoamérica puede participar de esta revolución si invierte ahora en:

  • Formación en algoritmos cuánticos

  • Física computacional

  • Criptografía poscuántica

  • Software cuántico en la nube

El valor está en el código, no solo en el chip.

Conclusión: Q-Day no será el fin del mundo, pero sí el fin del mundo tal como lo conocemos

La computación cuántica es una paradoja:

Es la tecnología que puede romper la seguridad nacional… y al mismo tiempo reconstruir la economía global hacia un nuevo nivel de productividad.

La pregunta ya no es si llegará, sino cuándo.

Y cuando ocurra, los países que estén preparados podrán protegerse y aprovechar la revolución.

Latinoamérica corre el riesgo de quedar atrás, pero también tiene la oportunidad de saltar directamente a la economía cuántica a través del talento y el software.

La pregunta es simple:

¿Vamos a esperar al Q-Day, o vamos a prepararnos para liderar desde la nube cuántica?

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