La causa real de la caída del dólar | Y no es la deuda
Introducción
El dólar, por décadas símbolo de estabilidad económica global, está atravesando un momento de fragilidad. La mayoría de los análisis apuntan a causas tradicionales como la deuda pública o el déficit fiscal. Sin embargo, una mirada más profunda revela algo distinto: la erosión de la confianza en el modelo económico estadounidense. ¿La razón? Un estilo de gobierno personalista, intervencionista y centrado en una sola figura: Donald Trump.
El “dueño de la tienda”
Donald Trump no esconde su visión. En una entrevista con Time, fue categórico:
“Es una tienda enorme y hermosa, y todos quieren comprar allí. Y en nombre del pueblo estadounidense, soy el dueño de la tienda”.
Una frase que resume su concepción de poder: el presidente como CEO de la economía más grande del mundo. Y como CEO, actúa con la lógica de una empresa privada, tomando decisiones directas, sin filtros institucionales.
Casos concretos de intervención económica
1. Presión a Apple
En abril de 2025, Trump criticó públicamente a Apple por trasladar parte de su producción a India. Aseguró estar “teniendo problemas” con Tim Cook, y presionó para que la empresa regresara su producción a EE.UU. Una intromisión directa en la estrategia de una compañía privada.
2. Choque con Walmart
Cuando Walmart advirtió que los aranceles elevarían los precios, Trump exigió que no fueran los consumidores quienes pagaran ese costo. En la práctica, estaba interviniendo en las decisiones de precios y márgenes de una empresa del retail.
3. Ataques a la Reserva Federal
Trump ha intentado influir sobre Jerome Powell, presidente de la Fed, por no bajar las tasas de interés a su gusto. La amenaza de despedirlo ha puesto en entredicho la independencia del banco central, una piedra angular del sistema financiero de EE.UU.
4. Control de precios en salud
Lanzó un plan para intervenir directamente en el precio de medicamentos. Aunque popular entre algunos sectores, rompe con el principio básico de mercado en uno de los sectores más complejos y sensibles de la economía.
Política exterior como estrategia comercial
En su gira reciente por Medio Oriente, Trump fue acompañado por CEOs como Elon Musk (Tesla) y Jensen Huang (Nvidia). El objetivo: cerrar acuerdos estratégicos con gobiernos de la región. La diplomacia tradicional fue reemplazada por una feria de negocios, con el presidente como representante comercial de gigantes tecnológicos.
El 2 de abril: una “emergencia” sin definir
El llamado “Día de la Liberación” marcó un punto crítico: Trump impuso aranceles a casi todos los países, invocando una “emergencia nacional” sin justificación concreta. Con ello, eludió al Congreso y asumió poderes económicos extraordinarios. Algo que preocupa a constitucionalistas y economistas por igual.
Las voces a favor y en contra
Desde la Casa Blanca y sus aliados, Trump es visto como un “rupturista necesario”. Kush Desai afirmó:
“Es un emprendedor aguerrido que ha amasado más de mil millones de dólares forzando decisiones y alcanzando el éxito”.
Pero la crítica también es feroz. El senador Rand Paul advirtió:
“Nuestra Constitución no permite que una sola persona imponga impuestos. Eso lo debe hacer el Congreso”.
Y el analista Douglas Elmendorf fue aún más claro:
“El presidente no es el CEO de nuestras empresas. Esa no es su función”.
¿El principio del fin de la hegemonía del dólar?
Lo que antes parecía impensable hoy comienza a discutirse seriamente. Si el modelo estadounidense se percibe como inestable, con instituciones debilitadas y decisiones impredecibles, el dólar podría dejar de ser la opción predilecta como moneda de reserva mundial.
Gobiernos, empresas e inversionistas ya observan con cautela. Algunos diversifican hacia el euro, el oro o incluso activos digitales. La pérdida de confianza institucional podría ser un golpe mucho más profundo que cualquier indicador fiscal.
Conclusión
La caída del dólar no es solo económica. Es simbólica. Representa la incertidumbre sobre el rumbo de una potencia que, por primera vez en décadas, parece gobernada más por el instinto de un hombre que por sus instituciones.
La pregunta no es solo si el dólar se debilita, sino si el modelo de libre mercado está en crisis. Y eso, sin duda, cambia las reglas del juego global.